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Un controvertido proyecto minero puede acabar con un pedazo de paraíso africano. Tras una batalla legal de más de cinco años, el Tribunal Superior de Lusaka, capital de Zambia, ha dado luz verde a la ejecución de una mina de cobre a cielo abierto en el Parque Nacional del Bajo Zambeze, una paraje natural insólito que, además de ser el hogar de hipopótamos y manadas de elefantes, es el sustento de comunidades locales que viven del turismo. Un fallo judicial que rechazan tajantemente desde la organización conservacionista WWF.
El Parque Nacional del Bajo Zambeze, localizado enfrente del Parque Nacional Mana Pools de Zimbabue, declarado Patrimonio de la Humanidad por Unesco, es una de las zonas de conservación más vírgenes de África. Ahora, tras el fallo, las sabanas por las campan leones, leopardos y antílopes están en peligro. "La concesión de esta licencia minera en un parque nacional ecológicamente sensible como el Bajo Zambeze puede establecer un precedente peligroso para inversiones a gran escala en áreas de alta biodiversidad del país", sentencia en un comunicado la organización ecologista. “Además de robar a las actuales y futuras generaciones de zambianos su patrimonio de recursos naturales”, añaden.
Este territorio fue nombrado Parque Nacional en 1983 para conservar la biodiversidad; proteger las cuencas de los ríos Rufunsa, Chakwenga y Chongwe; cuidar los ecosistemas como amortiguadores de los impactos del cambio climático; y para promover el avance del conocimiento científico, la educación pública y el desarrollo turístico. Objetivos que ahora pueden estar amenazados si se ejecuta la explotación minera.
Según esta ONG defensora del medio ambiente, está previsto que la mina abarque aproximadamente el 25% del parque, pero se estima que se perderá más del 50% del territorio, toda la parte norte. El plan minero también podría contaminar las aguas del río Zambeze y amenazar la pesca de subsistencia que proporciona seguridad alimentaria y proteica a 20.000 personas a lo largo de las orillas del río. Además de la pesca, las comunidades locales dependen de la agricultura, turismo y silvicultura, sectores que también podrían verse afectados significativamente por la mina.
Comunidades locales en peligro
Junto a las impresionantes cataratas Victoria, este Parque Nacional es uno de los mayores reclamos turísticos del país. Los establecimientos del parque y las áreas de interés circundantes emplean a más de 1.000 locales. "No hay duda de que la mina matará el turismo en la zona y significará el final de una microeconomía próspera que se ha construido a su alrededor, dejando a cientos de personas sin trabajo", sentencia la periodista y activista Sharon Gilbert-Rivett al diario local Daily Maverick.
En 2014, el juez Mubanga Kondolo detuvo temporalmente el proyecto alegando que el daño medioambiental sería una cuestión de interés público que afectaría a todas las personas nacidas y no nacidas, según informa el medio Zambia Watchdog. Pero ahora, el Tribunal Superior ha eliminado la suspensión. La licencia de la mina está en manos de Mwembeshi Resources Ltd, pero aún no está claro dónde se encuentran sus propietarios, Grand Resources Ltd. Están registrados en Dubai, pero abundan las sospechas de que la propiedad es china, según explica Gilbert-Rivett.
Tras el fallo, la ONG local Conservation Lower Zambezi (CLZ) también expresó su preocupación por el potencial impacto medioambiental en esta "zona de importancia internacional para la conservación, que acoge a una de las poblaciones más importantes de elefantes africanos de la región, además de muchas otras especies". Junto a otros tres parques, el del Bajo Zambeze genera el 96% de los ingresos que el Departamento de Parques Nacionales y Vida Silvestre zambiano recauda para la gestión de la vida silvestre en el país, según CLZ.
Desde WWF explican a EL ESPAÑOL que el siguiente paso es recurrir la sentencia ante el Tribunal Superior, pero aseguran que, si es necesario, harán lo posible para que el asunto sea escuchado ante la Corte Suprema. También han pedido al Gobierno de Zambia que actúe de inmediato y que cancele la licencia.
Más de 12.000 personas han firmado una petición para detener la explotación minera. "El Bajo Zambeze es un ecosistema natural, un delicado equilibrio entre la vida silvestre y las plantas autóctonas. Bajo ninguna circunstancia se puede perturbar con actividades mineras, sin mencionar la devastación que los residuos tóxicos de tales actividades traerán al suelo y a los ríos", denuncian.
Para más inri, el reciente fallo judicial choca de lleno con el objetivo 15 de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas que busca "proteger, restaurar y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, gestionar de forma sostenible los bosques, combatir la desertificación y detener e invertir la degradación de la tierra y detener la pérdida de biodiversidad".
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